Que es la aromaterapia.
La Aromaterapia es una terapia aplicable independientemente a cualquier tipo de ejercicio clínico que el terapeuta esté aplicando, pudiendo utilizarla este para reforzar cualquier tratamiento alcanzando la sanación por una vía más integral, rápida y limpia. Es una herramienta medicinal completa que trabaja en el cuerpo desde arriba hacia abajo y desde abajo hacia arriba, así como de dentro afuera y de afuera a dentro. Es una herramienta que podemos decir que una vez que la esencia llega a nuestro interior es capaz de atravesar todas las células corpóreas, drenando o corrigiendo cualquier anomalía. Como anteriormente decía, trabaja desde dentro afuera de nuestro cuerpo llegando a equilibrar también nuestro cuerpo etéreo. Vemos lo completa que puede ser la terapia de esencias bien empleada.
Para hacer un buen uso de ella
deberíamos identificar cuál es el causante de la patología. Para ello
debemos tener en cuenta múltiples aspectos por los que los diferentes
seres que habitamos el planeta azul podemos enfermar, siendo
evidentemente causas muy diversas como circunstancias de vida (mala
alimentación, mala higiene, estrés, etc.), deficiencias del sistema
defensivo o predisposición genética (herencia). Todas estas
circunstancias nos pueden llevar claramente a la enfermedad tanto
corporal, psíquica o emocional.
Conscientes de nuestras
debilidades patogenésicas y usando la Aromaterapia como una herramienta
más, podremos hacer un trabajo de excepción manteniendo un equilibrio
psíquico-emocional-físico-corporal. Lo he escrito en este orden porque
ninguna enfermedad se mantiene si nuestra psiquis y nuestro sistema
emocional se mantienen equilibrados, ya que si estos están equilibrados
tendremos la suficiente fuerza interior, como valentía o entereza, para
que todos los resortes de los diferentes sistemas defensivos funcionen
en perfecta armonía, formando un frente común ante cualquier agente
agresor.
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Pondremos
como ejemplo una de las patologías llamadas “azote de la humanidad” en
el s.XX. Nos referimos al cáncer, una patología definida literalmente de
la siguiente forma: “enfermedad inmunedepresiva”. Sabemos que se
despierta en mayor cuantía en los países más desarrollados o en vías de
desarrollo latente. Se puede transmitir genéticamente o por malos
hábitos alimenticios o bien por excesos químicos que lleguen al cuerpo
al usar en nuestra higiene diaria productos ricos en óxidos o metales
pesados, como los contenidos en los llamados antitranspirantes (estos
productos llevan exceso de aluminios con la idea de tapar los poros.
Estos óxidos usados con frecuencia son los mayores causantes de cáncer
mamario tanto en mujeres como en hombres). El tabaco o el trabajar en
contacto o inhalar vapores u óxidos de metales pesados son otra vía para
intoxicar el cuerpo. Pero lo verdaderamente importante es entender la
patología por lo que es, es decir, una depresión del sistema inmune.
Esto nos da la pauta para comprender que si estamos fuertes y
equilibrados, con nuestros sistemas de defensa y de drenaje sanos, la
enfermedad no podrá manifestarse en nosotros, por mucha debilidad
genética que hayamos heredado. En el fondo todas las patologías acusan
esta particularidad en común, tanto el cáncer como urticarias, eccemas,
trastornos hepáticos o renales, insomnio, etc.
Los patrones que
encontraremos en cualquier tipo de patología serán desequilibrios en los
diferentes sistemas que gobiernan nuestro cuerpo.
Por lo ya
explicado podemos darnos cuenta de la eficacia de la Aromaterapia pues
contamos con una herramienta que interactúa tanto a nivel
físico-corporal (humores), como en el psíquico-emocional. Incluso en los
espacios que habitualmente habitamos, como nuestra vivienda, zonas de
trabajo, coches, etc. la Aromaterapia es una poderosa herramienta para
limpiar, equilibrar la energía del lugar y con ello a los que allí se
encuentren. Es decir, armonizamos y equilibramos lo orgánico,
psicológico e incluso el hábitat.
Para una aplicación efectiva tendremos en cuenta estos cuatro puntos:
1º. Debemos identificar el origen de la patología en cuestión para poder aplicar su correspondiente esencia.
2º.
Debemos identificar su fase emocional tanto si es antigua o reciente,
pudiendo llegar a entender con qué chacra está correspondido, ya que
cada esencia se corresponde con un chacra actuando de manera más sutil
en las emociones, lo cual nos da una pista orientativa de los órganos
que intervienen.
3º. Debemos identificar su fase psíquica. Estar
atentos y observar los cambios que el paciente está efectuando, así
como los que aún le queda por efectuar para informar al paciente lo
mejor posible, dando la energía y salud que necesite para que logre su
objetivo, que será permanecer sano. Este objetivo debemos entenderlo
como nuestro deber y no como nuestra obligación, ya que esta última
responsabilidad es exclusiva del paciente.
4º. Debemos valorar
los daños causados por la patología en cuestión en cada uno de los
campos. Llegados a esta identificación podremos actuar en consecuencia
para buscar el equilibrio en cada campo y borrar la llamada “memoria
celular”, la cual convierte en enfermedad crónica una patología por
simple que esta parezca en sus principios. Esto es debido a que el
cuerpo va repitiendo los mismos patrones de actuación mes tras mes o
anualmente o en cualquier periodo de tiempo y vemos como un sistema de
alarma corporal se convierte en una enfermedad crónica.
En
cualquier centro de belleza o de terapias, o incluso dentro del campo
médico, es la mejor herramienta de trabajo complementaria con muchas
otras técnicas (masaje, aplicación de algas y barros, tratamientos
equilibrantes emocionales, polaridad, acupuntura y digitopuntura, etc.)
para conseguir el equilibrio mental, físico y espiritual de la persona.
De esta forma se obtienen mejores resultados en menos tiempo lo que hace
que aumente la rentabilidad de nuestro centro y nuestro prestigio como
profesionales y que nuestro paciente/cliente alcance el equilibrio y
sanación, lo más importante de todo